
Qué rápidas tus manos por la arena
y a través de la luz
formando la figura, mas livianas
¡que la espuma feliz!
y luego viene
la desierta penumbra de las costas
a ser donde tu estabas.
Mientras vamos de regreso a la noche.
¿Que me queda de tí?
desamparado
juega en la sombra, hiriente,un niño de oro.
Poema de Eliseo Diego
No hay comentarios:
Publicar un comentario